Al menos se que huyo porque amo
Necesito distensión
Estar así despierto Es un delirio de condenados
Como un efecto residual
Yo siempre tomare el desvío
Tus ojos nunca mentirán
Pero ese ruido blanco
Es una alarma en mis oidos
-Afuera llueve- dice el cronopio. Todo el cielo. -No te preocupes- dice el fama. Iremos en mi automóvil. Para proteger los hilos. Y mira el aire, pero no ve ninguna esperanza, y suspira satisfecho. Además le gusta observar la conmovedora alegría del cronopio, que sostiene contra su pecho los hilos -uno azul- y espera ansioso que el fama lo invite a subir a su automóvil.
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