"-Quisiera seducirte - dijo cuando dejó de mirarme; se observaba las uñas, acercándolas a la luz del balcón-. Sería posible. Pero es que no puedo querer. No puedo. Ahora, esta tarde, hasta que llegaste, estuve recordando tu cuerpo desnudo, tus manos, tu respiración. Entonces quería. Pero ya no cuando veo tu cara, cuando puedo acordarme de toda la historia , saber que hace exactamente centenares de días que estamos juntos. Y conozco tu cara, la mezcla de dureza y debilidad de tu mentón, los ojos que no confiesan nada, la boca que siempre parece ansiosa y no es cierto. Sé que no vas a darma nada nunca, ni tú ni tu cara.
Entonces
no puedo querer
seducirte"