Eres
el viejo
llanto y la tristeza,
la soledad
y el río
de la virtud,
el brutal
aletazo
del insomnio
y el sacrificio
de una noche ciega.
Eres,
amor,
la flor del falso nombre.
-Afuera llueve- dice el cronopio. Todo el cielo. -No te preocupes- dice el fama. Iremos en mi automóvil. Para proteger los hilos. Y mira el aire, pero no ve ninguna esperanza, y suspira satisfecho. Además le gusta observar la conmovedora alegría del cronopio, que sostiene contra su pecho los hilos -uno azul- y espera ansioso que el fama lo invite a subir a su automóvil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario