sabiendo que aquí,
sobre la ciudad todo puede ser,
te parece bien,
siempre fue así,
¿qué querés hacer?¿quién te puede oír?
Perdidos en la vida,viviendo, sin nunca aprender,a pesar de nuestra piel,a pesar del amor,
-Afuera llueve- dice el cronopio. Todo el cielo. -No te preocupes- dice el fama. Iremos en mi automóvil. Para proteger los hilos. Y mira el aire, pero no ve ninguna esperanza, y suspira satisfecho. Además le gusta observar la conmovedora alegría del cronopio, que sostiene contra su pecho los hilos -uno azul- y espera ansioso que el fama lo invite a subir a su automóvil.
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